Colombia es un país políticamente polarizado, en el que las tradiciones han podido más que las razones durante años y los debates se han vuelto puesta en escena en los que hay que hablar bajito para no generar muchas molestias. Se preguntarán por qué iniciar un artículo que habla de libertad de prensa hablando de política, pero la razón se hace evidente si pensamos que cuando desde lo que llamamos “democracia” en un país no se permiten manifestaciones que difieran con la mayoría, ¿qué se puede esperar de lo que se manifiesta desde la minoría mediática?.
La situación es más o menos esta, según la ley en la que se basan los Abogados en Propiedad Intelectual para llevar los casos que atentan contra dichas producciones, el artículo 20 habla de Libertad de expresión e información, donde se supone que en Colombia se promueve “la realización del individuo con la libertad de expresión, también la realización del Estado social de derecho, democrático, participativo y pluralista. El ser político se desarrolla en un Estado democrático, sólo si puede expresarse libremente, difundir su pensamiento, recibir información veraz e imparcial y si es el caso fundar medios masivos de comunicación que no podrán por lo tanto ser monopolio exclusivo de nadie, ni aún del Estado” ; y a pesar de los múltiples ataques a este derecho establecido que también se han vuelto mediáticos gracias a las redes sociales, muchos siguen pensando que en realidad vivimos en un país pluricultural y democrático.
Hace unos días, el conocido caricaturista de El Tiempo Julio César González “ Matador”, quien ha realizado duras críticas al partido Centro Democrático decidió cerrar sus redes sociales y no publicar más sus obras en estos medios debido a las amenazas de muerte recibidas de parte de alguien declarado seguidor del actual Senador Álvaro Uribe y su partido político. La situación se presenta justo semanas después de que el caricaturista ganara una tutela interpuesta en su contra por una caricatura titulada “Duque reflexiona”, para lo cual la jueza encargada del caso argumentó que la creatividad e ingenio no deben limitarse por quienes no comparten su opinión.
Por lo anterior, la innegable relación que se presenta en este artículo entre la política y la prensa en el país, los medios aquí se estructuran y proyectan según la ideología política que los financie; y aunque la ley protege la libertad de expresión, muchos inescrupulosos al no encontrar la manera de homogeneizar las expresiones mediáticas recurren a mecanismos violentos de intimidación que están mandados a recoger. Las amenazas o calumnias realizadas por medios virtuales no pierden credibilidad o son menos graves, estas conductas virtuales acarrean igualmente sanciones legales y no se pueden quedar impunes para garantizar realmente el derecho de libertad de expresión de quienes manifiestan su posición en estos medios.
